¿Qué familia hoy día no tiene conflictos? ¡Ninguna! Estamos rodeados de conflictos incluso fuera del ambiente familiar, en el trabajo, en la sociedad, hasta en la iglesia. Hoy día el conflicto es un mal de todos los días. Quizás no esté en tus manos resolver los conflictos entre naciones, pero ¿qué tal si pudieses promulgar la paz en tu hogar, entre tus seres queridos? Pero ¿cómo hacerlo? Para eso quiero que conozcas a Santa Isabel de Portugal.
Santa Isabel de Portugal
Isabel nació en 1270. Era hija del rey Pedro III de Aragón.
Desde niña le encantaba leer sobre la vida de los santos e imitarlos.
Fue desposada al rey de Portugal, Dionisio, a los 15 años. Asumió su rol de esposa, pero nunca dejó de hacer sus obras de caridad, pues su esposo se lo permitía. Él tenía un mal genio y era extremadamente infiel, pero Isabel le soportaba todo y oraba por su conversión.
Isabel le dió dos hijos al rey: Alfonso y Constancia. Alfonso, quien fue el sucesor de su padre como rey, era de carácter fuerte y rebelde. Tenía mucho celo por el amor que Pedro III le tenía a sus otros hijos de otras mujeres. Padre e hijo tenían fuertes encontronazos. De hecho, Alfonso, en dos ocasiones promovió una guerra civil en su pais en contra de su padre. Isabel trabajó arduamente para lograr que padre e hijo hicieran las paces. Hubo ocasiones en que Isabel iba al campo de batalla y se ponia de rodillas ante su esposo o su hijo cuando se habian declarado la guerra el uno al otro y no se iba hasta que se perdonasen.
Hay tantas familias hoy día que viven con esta guerra interna que no consiguen la reconciliación. No es fácil. Santa Isabel tuvo que luchar mucho, rezar mucho, hacer muchos sacrificios para lograr que esto sucediera. Y, en ocasiones, volvian padre e hijo con la guerra entre si.
Promulgar la Paz en tu Hogar
No vale solo querer la paz. Tenemos que ser el motor que impulse la paz. Esta paz debe comenzar con nosotros mismos, dentro de nosotras.
Y vale la pena aclarar que promulgar la paz no es siempre callar y hacer lo que el otro quiere para que no se agite. Tampoco es aceptar el caos como el pan de cada día que no tiene remedio.
Si en tu familia hay situaciones de conflictos internos, aquí comparto algunos puntos que practicaba Santa Isabel de Portugal y te pueden ayudar a ti.
La Oración
Santa Isabel oraba mucho por su esposo y su hijo. También hacia muchos sacrificios. Si en tu familia hay riña entre dos personas, comienza a promulgar la paz mediante la oración. Preséntale al Señor tus familiares, sus malos entendidos, y tu deseo de que haya paz en tu hogar. Pídele que apacigüe las aguas.
Un Corazón Lleno de Paz
Uno no puede dar lo que no posee. Santa Isabel era una persona llena de paz y bondad, por eso es que ella pudo intervenir en varias ocasiones con su esposo y su hijo y promulgar la paz entre ellos. Cuando uno sabe vivir la paz con uno mismo, con Dios y con los demás, puede llevar la paz a los que viven en el caos, en el conflicto.
Un Oído Atento
Es importante entender ambos lados de la discusión para poder ayudar. ¿Cuál es la razón de la discusión? ¿Cuáles son los puntos en los que están de acuerdo? ¿Cuáles son los que no están de acuerdo? Entender todo esto sólo se consigue si te sientas con cada uno y le escuchas atentamente sin hacer juicios.
Validación de Sentimientos Sin Juicios
Los sentimientos guian nuestros actos. Si entendemos cómo alguien se siente y porqué se siente asi, podremos validarle. Validar los sentimientos no es confirmar que sus actos son los correctos. Es dejarle saber que entiendes sus emociones. Un punto importante es hacer esto, sin tus propios prejuicios. No le juzgues. Simplemente, escucha y valida emociones. Por ejemplo, si te dice que se siente humillado por tal motivo, tú puedes validar este sentimiento dejándole saber que entiendes que se siente humillada.
Controlar el Volumen
Nosotros los hispanos somos seres apasionados y muchas veces subimos el volumen de nuestra voz cuando estamos agitados, o alegres, o emocionados. Pero, es importante que al calentarse los humores, el volumen no aumente porque esto lo que hace es agitar más la situación. Todos se deben poner de acuerdo de que el volumen no aumentará y que si aumenta, se le dejará saber y la conversación se pondrá en pausa hasta que se logre bajar el mismo.
Establecer Un Acuerdo Mutuo
Esto es lo más dificil. Entender cómo resolver la disputa y que ambas partes esten de acuerdo. Es por eso que comenzar con la oración es indispensable. Debes estar atenta a lo que te dice el corazón sobre la situación para poder guiar la misma hacia una reconciliación y el perdón. Santa Isabel no dejaba de intervenir hasta lograr acuerdos mutuos y la reconciliación entre su esposo, Pedro y Alfonso, su hijo.
Gratitud
Una vez logras una resolución, dale gracias a Dios por la gracia de la reconciliación. Si no lograron una resolución, le das gracias a Dios por ayudarte a intervenir y le continuas pidiendo por la misma.
Espero que la paz reine en tu hogar. No olvides que tienes una aliada en Santa Isabel de Portugal.
Oración a Santa Isabel de Portugal para promulgar la paz, pidiendo alejar discusiones y violencia
Señor, tu que diste a santa Isabel de Portugal
un espíritu generoso que la llevó
a dejarlo todo por amor a ti,
te pedimos que como hizo ella
podamos entregarnos de cuerpo y alma
a predicar la Palabra
y practicar las obras de misericordia.
Oh Dios, que creas la paz y amas la caridad,
Tú que otorgaste a santa Isabel de Portugal
la gracia de conciliar a los hombres enfrentados,
danos paz y armonía en nuestras familias,
en nuestras amistades y en nuestro entorno,
danos amor, fidelidad y unión entre la pareja,
comprensión y benevolencia con nuestros hijos;
aleja las discusiones, las peleas, los rencores,
las rencillas, desavenencias, traiciones e infidelidades
haz que las disputas, la violencia y los altercados
sean sustituidos por la concordia y el sosiego,
que entre nosotros siempre haya entendimiento,
para que vivamos en paz y tranquilidad,
y sobre todo danos tu ayuda para solucionar:
(hacer la petición)
Señor, muévenos, por la intercesión de santa Isabel,
a poner nuestros esfuerzos
en enmendar nuestros errores
y en perdonar los de los demás,
que con afán nos dediquemos al servicio de la paz,
para que merezcamos llamarnos hijos tuyos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias.
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