En este plan de lectura podrás leer tres libros de la Biblia en tan sólo 40 días. Ya he compartido planes de lecturas para los cuatro evangelios de San Mateo, San Marcos y San Lucas, y el de San Juan. Ahora toca el libro de Hechos de los Apóstoles, Gálatas y Efesios.
Estructura de la Biblia
La Biblia está dividida en el Viejo Testamento y el Nuevo Testamento. El Viejo Testamento son los libros escritos antes de la llegada de Jesús. Comienza con el libro de Génesis. Los libros del Nuevo Testamento son los libros escritos después de Jesús y termina con el libro de Revelación (Apocalipsis).
Hechos de los Apóstoles, Gálatas y Efesios
El libro de Hechos de los Apóstoles fue escrito por Juan, el autor del Evangelio Según San Juan. Se dice que el evangelio y el libro de los Hechos eran un sólo libro originalmente. Fue dividido para distinguirlos entre la vida de Jesús encarnado y la vida de la Iglesia.
Gálatas y Efesios fueron escritos por San Pablo. Ambas son cartas que escribió para esas comunidades. Ambas cartas tienen sólo seis capítulos, pero están llenas de tanta sabiduría. San Pablo escribe como vivía, con mucha pasión.
Introducción al Plan de Lectura
El Plan de Lectura está diseñado para que puedas leer los libros en 40 días. Cada día tiene una lectura en secuencia para leer. Las mismas son cortas para que la puedas leer en par de minutos. Las puedes leer en 40 días consecutivos o 40 sesiones, según tu disponibilidad.
Separar Espacio Para la Lectura Bíblica
Necesitarás separar al menos 15 minutos para este tiempo en la Palabra de Dios. Estos minutos deben ser durante un tiempo en que no tengas interrupciones, pues vas a dedicárselo a Dios y su mensaje para ti.
Mi preferencia es hacer esto temprano en el día cuando aún todos duermen. Me levanto y preparo mi café. Luego me siento con mi taza de café, mi biblia y mi cuaderno en mano y voy a mi lugar de oración.
Estructura del Tiempo de Lectura en Hechos, Gálatas y Efesios
Comienza con la señal de la cruz y una oración para comenzar este tiempo en la Palabra de Dios.
Luego, lee la lectura asignada para el día pausadamente. Si tienes que leerla otra vez, hazlo.
Toma unos minutos para reflexionar sobre lo leído. Algunas preguntas que te podrías hacer son:
¿Qué fue lo que me llamó la atención en esta lectura?
¿Con qué personaje me identifico en este momento de mi vida? ¿Por qué?
¿Qué me quiere decir Dios hoy a mí?
¿Cómo puedo aplicar algo de esta lectura a mi vida? Cómo puedo vivir la Palabra de Dios?
Cierra tu tiempo con una oración y vive tu fe.
Concede, oh Jesús mío, que, como tu bendita Madre, pueda guardar todas tus palabras, meditándolas en mi corazón. (Fuente: Aleteia)
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